Máquinas pastas frescas
Las mejores máquinas de pasta para cada necesidad: cuáles elegir?
El mercado ofrece una amplia gama de máquinas de pasta, cada una diseñada para una fase específica del proceso productivo. Estas máquinas, creadas para simplificar y hacer constante la producción, son el corazón palpitante de los talleres de pasta artesanales y de las industrias alimentarias de todo el mundo. Desde las amasadoras hasta las prensas, pasando por las laminadoras y las formadoras, cada máquina desempeña un papel preciso en la creación de la pasta perfecta: aquella que une sabor, consistencia y autenticidad.
Hoy, gracias a soluciones cada vez más versátiles y profesionales, cualquiera puede transformar la sémola y el agua en un producto de alta calidad, con el mismo esmero que un taller artesanal pero con la eficiencia de la tecnología moderna.
Sin embargo, elegir el equipo adecuado puede parecer complejo para quienes se adentran por primera vez en este mundo. Las opciones son muchas, y cada máquina responde a necesidades productivas diferentes: quienes quieran empezar con pequeñas cantidades encontrarán en las máquinas compactas y multifuncionales un excelente punto de partida, mientras que quienes apunten a una producción mayor deberán orientarse hacia sistemas modulares, capaces de crecer junto con el negocio. Comprender las propias necesidades - desde el tipo de pasta deseado hasta la cantidad diaria a producir - es el primer paso para tomar una decisión consciente, crucial para construir el obrador ideal, optimizar el trabajo y obtener resultados de alta calidad.
Las máquinas de pasta se pueden dividir en las siguientes macrocategorías:
- Extrusores manuales: los extrusores de pasta manuales funcionan gracias a un mecanismo de tornillo simple pero eficaz, accionado por una manivela. La masa, previamente preparada e introducida en el cilindro de la extrusora, es empujada por un pistón que avanza lentamente con la rotación de la manivela. Esta presión constante fuerza a la masa a pasar a través de una trefiladora de bronce u otro material, situada en el extremo del cilindro. La forma de la trefiladora determina el tipo de pasta que se obtiene, como espaguetis, macarrones, tallarines y muchos otros formatos. A medida que la pasta sale, se corta manualmente a la longitud deseada. Los extrusores eléctricas modernas evolucionan este concepto, sustituyendo la fuerza manual por un motor. En estos modelos, el motor acciona el pistón de forma automática, haciendo el proceso de extrusión más rápido, continuo y menos fatigoso, ideal para producciones mayores o para quienes buscan una mayor comodidad.
- Prensas: las prensas para pasta fresca representan el núcleo de la producción artesanal y profesional, ofreciendo soluciones adaptadas a cada necesidad, desde pequeños restaurantes hasta obradores más estructurados. Fabricadas principalmente en acero inoxidable para garantizar robustez y facilidad de limpieza, estas máquinas están diseñadas para amasar y extruir cualquier tipo de sémola y harina, permitiendo realizar pasta corta, larga y en lámina con una sola herramienta. Los modelos más avanzados están equipados con un sistema de enfriamiento por agua que permite una producción continua sin sobrecalentar la masa y con un ventilador para un presecado del producto. La inclusión de un cortador de pasta electrónico, con velocidad regulable, automatiza y acelera la producción de los formatos cortos.
El complemento indispensable de la prensa es la trefiladora, la herramienta que da forma a la pasta. Fabricadas en latón con insertos de bronce, estas s confieren a la pasta esa característica superficie rugosa y porosa, ideal para retener cualquier tipo de salsa. Diferentes son, en cambio, las trefiladoras con insertos de teflón o PTFE, que le dan a la pasta un aspecto más liso y brillante. La versatilidad de las prensas se ve amplificada por la vastísima gama de trefiladoras disponibles, que permiten crear innumerables formatos: desde espaguetis hasta penne, desde caserecce hasta formatos especiales, hasta la lámina de grosor regulable, base para lasañas y canelones. La combinación de una prensa de alto rendimiento y la elección de la trefiladora adecuada es el secreto para obtener una pasta fresca de calidad superior, como manda la tradición. - Laminadoras: las laminadoras son equipos esenciales tanto en el ámbito doméstico como profesional, indispensables para cualquiera que desee producir láminas de pasta fresca, pero también para aplicaciones de pastelería y panadería. Su núcleo funcional está constituido por un par de rodillos o cilindros de laminación, típicamente fabricados en acero inoxidable para dar a la masa un aspecto liso y homogéneo, o en madera para conferir un aspecto más "artesanal" a la lámina, mucho más similar al resultado que se obtiene con un rodillo de madera. A través de un mecanismo de regulación, normalmente una perilla numerada, es posible modificar con extrema precisión la distancia entre los rodillos. Esto permite al operador pasar la masa a través de los cilindros varias veces, reduciendo gradualmente su grosor hasta alcanzar el deseado, desde unos pocos milímetros hasta fracciones de milímetro. El proceso mecánico y controlado no solo elimina la fatiga y la irregularidad del estirado manual con el rodillo, sino que también mejora la estructura de la masa, haciéndola más compacta, elástica y homogénea. El resultado es una lámina perfectamente lisa y de grosor uniforme, base ideal para la creación de tallarines, lasañas y ravioles. Desde los modelos manuales a manivela, perfectos para el uso doméstico, hasta los eléctricos profesionales, más robustos y equipados con potentes motores para grandes volúmenes de producción, la laminadora representa una herramienta que une tradición y tecnología para garantizar un resultado final de calidad superior.
- Máquinas de ñoquis: las máquinas de ñoquis son máquinas especializadas que automatizan y perfeccionan el proceso de producción de los ñoquis. Diseñadas para trabajar masas de diferente consistencia, desde la clásica a base de patatas hasta aquellas con harinas especiales o ricotta, estas máquinas replican de manera mecánica y rápida el trabajo manual. El funcionamiento comienza con la introducción de la masa en una tolva de carga específica. Desde aquí, un sistema de extrusión empuja delicadamente la masa formando cordones continuos. Un grupo de corte regulable y sincronizado se encarga luego de seccionar los cordones en pequeñas piezas de tamaño uniforme. La fase más importante es la del formado: la máquina hace pasar cada pieza por un dispositivo que le confiere la característica forma cóncava y la superficie estriada, esencial para retener la salsa. También es posible realizar ñoquis sin estrías o "chicche" (ñoquis pequeños y lisos), según cómo se configure la máquina. Para garantizar que el producto final no se pegue, las máquinas de ñoquis están casi siempre equipadas con un espolvoreador automático que distribuye una ligera capa de harina. Fabricadas íntegramente en acero inoxidable para asegurar la higiene y facilidad de limpieza, estas máquinas ofrecen ventajas inigualables en términos de velocidad de producción y, sobre todo, de constancia del producto final, garantizando ñoquis todos iguales en peso y forma, y por lo tanto, con una cocción perfectamente homogénea.
- Máquinas de ravioles: las máquinas de ravioles son máquinas de alta precisión, indispensables para fábricas de pasta y obradores especializados en la producción de pasta rellena. Están diseñadas específicamente para automatizar la creación de pasta rellena como ravioles, tortellis y agnolottis, garantizando un producto final de calidad artesanal a escala industrial. Su funcionamiento, en el caso de las máquinas de ravioles de doble lámina, se basa en el acoplamiento sincronizado de dos láminas de pasta, previamente preparadas por una laminadora. Estas se alimentan de forma continua en las máquinas, donde la lámina inferior pasa sobre un grupo formador. Un sistema de dosificación del relleno, regulable en cantidad para un control perfecto de la relación pasta/relleno, deposita a intervalos regulares una porción de masa (a base de carne, ricotta, verduras o pescado) sobre la lámina inferior. Inmediatamente después, la lámina superior se superpone para cubrirlo todo. En este punto, un par de cilindros o un molde a presión, según el modelo, sella las dos láminas una contra la otra, cerrando herméticamente el relleno en el interior y cortando simultáneamente el raviol en su forma definitiva.
La característica más importante y versátil de las máquinas de ravioles profesionales es la posibilidad de utilizar moldes intercambiables, que permiten variar con extrema facilidad la forma y el tamaño del producto: cuadrado, redondo, media luna, en forma de pez u otros formatos especiales.
Estas máquinas aseguran no solo una altísima velocidad de producción, sino sobre todo una extraordinaria constancia cualitativa. Cada raviolo resulta perfectamente sellado, con la misma cantidad de relleno y una forma impecable, garantizando así una cocción uniforme y previniendo la molesta fuga del relleno, un resultado que requiere gran habilidad y tiempo si se realiza manualmente.
El secreto está en la trefiladora: cómo el bronce y el teflón cambian la pasta
Si la masa es el alma de la pasta, la trefiladora es lo que le da su identidad. Es a través de este componente que la mezcla de sémola y agua cobra vida, adoptando la forma deseada: espaguetis, penne, fusilli o rigatoni. Pero la trefiladora no solo determina la forma, sino que también incide de manera decisiva en la textura, el aspecto e incluso en la capacidad de la pasta para retener la salsa.
Las trefiladoras se distinguen principalmente por el material con el que están hechas: bronce o teflón (PTFE). Ambas versiones tienen características y ventajas específicas, pensadas para satisfacer diferentes necesidades de producción y resultados.
La tradición de la trefiladora de bronce
El trefilado en bronce es el método tradicional, apreciado por su capacidad para crear una pasta con una superficie rugosa y porosa. Este proceso más lento y artesanal ofrece notables ventajas en términos de sabor y calidad.
Características de la pasta trefiladorada en bronce:
- Superficie porosa: la fricción entre la masa y la trefiladora de bronce crea micro-rugosidades en la superficie de la pasta. Esta característica es fundamental porque permite retener mejor cualquier tipo de salsa, garantizando una unión perfecta entre la pasta y la salsa.
- Mejores propiedades nutricionales: este tipo de elaboración, combinado con un secado lento, preserva mejor las cualidades nutritivas de la sémola de trigo duro, manteniendo un mayor contenido de proteínas, sales minerales y vitaminas.
- Calidad de la sémola: el trefilado en bronce requiere el uso de sémolas de calidad superior, capaces de soportar el estrés mecánico del proceso sin deshacerse.
La eficiencia de la trefiladora de teflón
Las trefiladoras de teflón representan, en cambio, la opción más moderna y productiva. La pasta que resulta de ellas tiene una superficie lisa y brillante, con un aspecto uniforme y profesional. Este acabado es ideal para producciones a gran escala, donde se busca velocidad, rendimiento constante y un aspecto visual perfecto.
Características de la pasta trefilada en teflón:
- Superficie lisa y brillante: el teflón, al ser un material antiadherente, permite que la masa se deslice más fácilmente. El resultado es una pasta con una superficie lisa y un color amarillo más intenso y brillante.
- Menor desgaste de la trefiladora: el teflón reduce la fricción durante la extrusión, permitiendo una producción más fluida y limitando el desgaste de la trefila.
- Menor capacidad para retener la salsa: la superficie lisa hace que la pasta sea menos adecuada para absorber las salsas, un detalle que la hace preferible para formatos destinados a platos precocinados, cocciones breves o producciones industriales.
- Producción más rápida y económica: el proceso es más rápido y las trefiladoras de teflón requieren menos mantenimiento, factores que contribuyen a un precio final del producto más bajo.
En conclusión, la elección entre una pasta trefiladorada en bronce o en teflón depende de las preferencias personales y de la importancia que se le dé a la calidad y a la experiencia gustativa. Si se busca una pasta capaz de realzar al máximo la salsa y se aprecia una consistencia más corposa, el trefilado en bronce es sin duda la mejor opción. Si, por el contrario, se privilegia la rapidez de cocción y un coste más contenido, la pasta trefilada en teflón puede ser una alternativa válida.
El encanto de la pasta fresca: un viaje entre tradición e innovación
La pasta fresca es uno de los pilares de la cocina italiana, un arte culinario que hunde sus raíces en siglos de historia. Desde la simple lámina hecha en casa con el rodillo, hasta las máquinas profesionales que hoy pueblan obradores y cocinas de todo el mundo, el camino de la pasta es una combinación perfecta de tradición e innovación.
La historia de la pasta fresca es tan fascinante como compleja, y su paternidad ha sido durante mucho tiempo objeto de debate. Aunque el mito popular atribuye a Marco Polo la introducción de la pasta desde China, las pruebas históricas sugieren que su evolución se produjo de forma independiente en diferentes culturas del Mediterráneo. El arte de mezclar harina y agua para crear una masa es una costumbre que se remonta a civilizaciones antiguas, pero es en la Edad Media cuando la pasta, tal como la conocemos hoy, comienza a tomar forma.
Un papel crucial en la difusión de la pasta, sobre todo seca, lo tuvieron los sicilianos, quienes, durante la dominación árabe, aprendieron y perfeccionaron la técnica de secado. Sin embargo, la historia de la pasta fresca al huevo, el corazón de la tradición culinaria que hoy celebramos, está estrechamente ligada a regiones específicas del norte y centro de Italia. Los primeros testimonios escritos de una "sfoglia" (lámina) preparada con harina y huevos se encuentran en documentos y libros de cocina del siglo XIV, en particular en las cortes señoriales de Emilia-Romaña, Véneto y Lombardía.
En estas zonas, donde la cría de gallinas era común, el huevo se convirtió en un ingrediente fundamental, capaz de hacer la masa más rica, elástica y sabrosa. Lugares como Bolonia, Ferrara y Mantua se consolidaron como centros neurálgicos para la producción de pasta fresca rellena, como tortellini, tortelli y cappelletti, dando vida a una tradición que todavía hoy es motivo de orgullo e identidad regional.
De los talleres artesanales a las máquinas del siglo XX
La industrialización de la pasta es un fenómeno relativamente reciente. Durante siglos, la producción se mantuvo como un arte artesanal, una habilidad transmitida de madre a hija, con el uso de herramientas simples como el rodillo y la tabla de cortar. Las primeras verdaderas innovaciones llegaron con la revolución industrial.
Las primeras máquinas de pasta, a menudo de tracción manual, fueron concebidas para aligerar la carga de trabajo en las cocinas y en los pequeños talleres. Las primeras extrusoras y prensas del siglo XIX, accionadas a manivela, permitieron producir formatos de pasta corta y larga de manera más uniforme y rápida que con el trabajo manual. Estas herramientas, aunque rudimentarias, marcaron un punto de inflexión.
Con la llegada de la electricidad, las máquinas evolucionaron rápidamente, haciendo el proceso aún más eficiente. Nació el concepto de la amasadora mecánica, capaz de mezclar grandes cantidades de ingredientes, y las laminadoras eléctricas, que garantizaban un grosor perfecto y constante de la lámina, impensable solo con el rodillo. Este progreso tecnológico ha democratizado la producción de pasta fresca, haciéndola accesible no solo a los profesionales, sino también a los aficionados que desean reproducir la autenticidad de un plato hecho en casa.
Redescubrir el corazón de la tradición: el placer de la pasta casera
Decidir comprar una pequeña máquina de pasta para casa no es simplemente equiparse con un nuevo electrodoméstico; es una invitación a desacelerar, a redescubrir el valor de la comida genuina y a transformar cada comida en una ocasión especial.
Las máquinas modernas son compactas, intuitivas y fáciles de limpiar, se integran perfectamente en cualquier cocina, incluso en la más pequeña, sin requerir habilidades de chef profesional. En pocos minutos, esa masa se transforma ante tus ojos: se convierte en una lámina fina y sedosa con una laminadora, lista para lasañas o canelones, o toma la forma de tallarines perfectos. Si eliges en cambio una pequeña prensa, la diversión se multiplica: cambiando una simple trefiladora de bronce, podrás realizar macarrones, fusilli o bigoli, llevando a la mesa un formato diferente cada día.
La mayor ventaja de la producción casera es el control absoluto sobre la calidad. Se pueden comprar huevos fresquísimos del granjero cercano, seleccionar harinas ecológicas o molidas a la piedra de los molinos de la zona, o incluso experimentar con masas especiales, añadiendo un toque de espinacas, tomate o tinta de calamar. El resultado será una pasta con un sabor auténtico y una consistencia inigualable, porosa y capaz de capturar la salsa como ninguna pasta seca industrial podrá hacerlo jamás.
Tener una máquina de pasta en casa transforma la preparación de la comida en un momento para compartir. Se convierte en una actividad para hacer junto a los niños, que se divertirán viendo la pasta tomar forma, o una manera de sorprender a los amigos en una cena, ofreciéndoles un plato no solo delicioso, sino que cuenta una historia de pasión y esmero.
En definitiva, llevar una máquina de pasta a casa es una pequeña inversión con un enorme retorno en términos de sabor, salud y felicidad. Significa reapropiarse de un saber antiguo, celebrar la riqueza de nuestro territorio y, sobre todo, regalarse a uno mismo y a las personas que se quiere el mayor lujo: el sabor inconfundible de las cosas hechas con amor.
Cómo realzar el valor de su restaurante con un obrador de pasta fresca
En el panorama actual de la restauración, donde la autenticidad y la calidad de las materias primas son cada vez más determinantes, elegir producir la pasta fresca directamente en el propio local es una de las decisiones estratégicas más eficaces para distinguirse. Introducir una máquina de pasta no significa simplemente añadir un equipo en la cocina, sino abrazar una filosofía que comunica pasión, tradición y un profundo vínculo con la excelencia culinaria italiana. A continuación, cómo abordar este paso para convertirlo en un éxito garantizado.
Antes de la compra, es fundamental evaluar las propias necesidades específicas. La elección de la máquina adecuada depende de tres factores clave:
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Volumen de producción: cuántos cubiertos se sirven de media? Un pequeño restaurante con 30-40 cubiertos tendrá necesidades diferentes a uno con 100. Evaluar la capacidad productiva de la máquina (expresada en kg/h) es esencial para asegurarse de que pueda soportar los ritmos requeridos sin crear cuellos de botella durante el servicio.
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Tipo de pasta: qué formatos se quieren ofrecer? Si el menú se concentrará en pasta larga al huevo como tallarines, pappardelle o lasañas, una laminadora profesional es el punto de partida. Si, en cambio, se quieren explorar formatos extruidos en bronce (macarrones, fusilli, caserecce), se necesitará una prensa con las correspondientes trefiladoras. Muchas máquinas modernas combinan ambas funciones, ofreciendo una versatilidad inigualable.
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Espacio y suministros: evaluar atentamente el espacio disponible en la cocina. Existen modelos compactos de sobremesa, ideales para ambientes reducidos, y máquinas más grandes y estructuradas para verdaderos obradores. Verificar también los requisitos de alimentación eléctrica con la ayuda de un electricista.
Una vez elegido el equipo, la integración en el flujo de trabajo de la cocina es el siguiente paso.
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Dedicar tiempo a formar a uno o más miembros de la brigada; el uso de la máquina suele ser intuitivo, pero la verdadera habilidad reside en perfeccionar las masas y gestionar el mantenimiento ordinario, como la limpieza al final del turno de producción, fundamental para garantizar durabilidad e higiene.
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La calidad de la pasta dependerá directamente de los ingredientes. Poner en valor el propio territorio es la clave del éxito; esta elección no solo mejorará el producto, sino que se convertirá en una potente historia que contar a los clientes.
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Dedicar una sección del menú a "nuestra pasta fresca hecha en casa". Se empieza con pocos formatos clásicos para luego ampliar la oferta. Se pueden proponer los "formatos del día" según la estacionalidad de los ingredientes, comunicando a los clientes dinamismo y creatividad.
En conclusión, integrar una máquina de pasta fresca es mucho más que una simple actualización técnica: es una afirmación de la propia identidad culinaria. Es un retorno a los orígenes que eleva la percepción del local, fideliza a los clientes y abre infinitas posibilidades creativas, arraigando aún más el restaurante en la excelencia de la tradición gastronómica.
Consejos para un uso óptimo y secretos para una pasta perfecta
La compra de una máquina es solo el primer paso. Para obtener resultados excepcionales, es fundamental seguir algunos consejos:
- Elegir la harina adecuada: la sémola de trigo duro se distingue de la harina de trigo blando tanto por su granulometría más acentuada como por su característico color amarillo ámbar, color que también se refleja en los productos obtenidos con ella. Al moler ulteriormente la sémola se obtiene la sémola remolida. Este último producto se caracteriza por el color amarillo ámbar propio de la sémola pero con una granulometría menos acentuada que la materia de origen. La sémola remolida se emplea principalmente para la panificación y la pasta. La harina 00, en cambio, se produce a partir de la molienda del trigo blando y se utiliza habitualmente como añadido a la sémola remolida para la producción de la lámina, para conferirle más elasticidad (generalmente en proporciones del 50%). El sufijo 00 indica el grado máximo de refinamiento (tamizado).
- Humedad de la masa: la masa debe ser firme pero no seca ni pegajosa. Puede realizarse al gusto solo con agua o añadiendo también huevos. El adjetivo "fresca" indica un nivel de humedad en torno al 30%.
- Limpieza de la máquina: después de cada uso, es fundamental limpiar cuidadosamente la máquina siguiendo las instrucciones del fabricante. La pasta que queda en la máquina, de hecho, se seca y se incrusta, dificultando su uso posterior.
Lineapasta responde: las preguntas más frecuentes
¿Cuáles son los ingredientes básicos que se utilizan en las máquinas para pasta fresca?
La pasta fresca se elabora con algunos ingredientes esenciales: sémola remolada, huevos y/o agua.
La sémola de trigo duro remolada aporta cuerpo y textura rugosa a la masa, mientras que la adición de harina 00 (en una proporción 50/50) la hace más elástica, ideal para preparar láminas de pasta. Los huevos aportan color y sabor, pero se pueden sustituir por agua para obtener una pasta más ligera. Al preparar láminas de pasta, es mejor omitir las claras de huevo, ya que tienden a resecar la masa.
¿Cómo funciona una máquina para pasta? ¿Necesito usar masa precocinada?
El funcionamiento varía según el tipo de máquina. En las prensas para pasta, los ingredientes se añaden directamente a la cubeta (primero los secos, luego gradualmente los líquidos) y la máquina se encarga de las fases de amasado y extrusión.
En el caso de las laminadoras de pasta, es importante distinguir entre los modelos con la cubeta amasadora (que siguen el mismo proceso que las prensas) y los modelos equipados exclusivamente con cilindros laminadores, en los que la masa debe prepararse por separado, ya sea a mano o con una amasadora de espiral, y extenderse bruscamente antes de pasarla por los rodillos.
¿Qué ocurre si las proporciones de los ingredientes no son las correctas?
La clave para una pasta perfecta reside siempre en la consistencia adecuada: ni demasiado blanda ni demasiado seca. Una buena masa es granulosa, con una textura similar a la de pequeños granos de café. Una forma práctica de comprobar la consistencia correcta es apretar una pequeña cantidad en el puño: si, al abrir la mano, la masa permanece compacta sin dejar residuos, está lista para la extrusión.
¿Cómo se puede solucionar el problema de los bordes irregulares en las formas de pasta?
Los bordes irregulares suelen deberse a que una trefiladora aún no ha alcanzado la temperatura óptima. Las trefiladoras producen los mejores resultados cuando alcanzan unos 40°C. Una trefiladora fría tiende a producir formas con perfiles irregulares que resultan poco estéticos. Para evitar esto, es recomendable calentar la trefiladora sumergiéndola en agua caliente antes de usarla.
La masa que se crea con vuestra receta es muy diferente a la que hago en casa. ¿Por qué?
Las máquinas para pasta requieren una consistencia de masa específica, distinta a la de la pasta tradicional hecha a mano. Las recetas caseras, como la que requiere 100 gramos de harina por cada huevo, producen una masa demasiado húmeda, que tiende a adherirse a los componentes mecánicos de la máquina y puede comprometer su correcto funcionamiento o causar daños durante la extrusión. Por lo tanto, es fundamental comprobar que la masa tenga la consistencia adecuada antes de proceder a la fase de extrusión.
¿Hay formas más difíciles de hacer?
Algunas formas de pasta son más complejas de trabajar y requieren especial atención, sobre todo en las primeras etapas de uso de una máquina para pasta. El fusillo y todas las formas que requieren rotación son un ejemplo típico. En estos casos, la elección de la harina es crucial: es necesario utilizar una harina específica para pasta con un alto valor de resistencia (W) para garantizar que la forma de la pasta mantenga la curvatura correcta durante la extrusión.
¿Cómo limpiar y mantener una máquina para pasta?
La limpieza más importante se realiza después de cada uso, ya sea una prensa para pasta o una laminadora. Es fundamental limpiar la máquina mientras los residuos aún estén frescos; una vez secos, serán mucho más difíciles de limpiar, especialmente con las trefiladoras.
En el caso de las prensas para pasta, con la máquina apagada y desenchufada, retire las piezas que entran en contacto con la masa y lávelas sin usar detergentes ni jabones. Utilice un paño húmedo para limpiar el interior del recipiente, asegurándose de eliminar todos los residuos. NO sumerja la máquina en agua, NO utilice esponjas abrasivas ni cuchillos ni otros objetos metálicos para retirar la masa. Algunos modelos tienen un recipiente extraíble que se puede lavar en el lavavajillas, pero asegúrese de tener el modelo correcto antes de realizar esta operación. Para las laminadoras de pasta, siempre con la máquina desenchufada, limpiar con un paño húmedo todas las partes que entran en contacto con la masa.

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