Extrusoras / Prensas
Qué es una prensa / extrusor de pasta y cómo funciona?
Las prensas/extrusoras de pasta son máquinas diseñadas para facilitar la producción de pasta fresca. Las más sencillas permiten producir pequeñas cantidades para uso doméstico, mientras que los modelos profesionales e industriales están diseñados para restaurantes, charcuterías y fábricas de pasta que requieren una producción continua y rápida.
Estas máquinas funcionan mezclando ingredientes secos (harina, sémola) con ingredientes líquidos (agua y/o huevos), transformándolos en una masa harinosa. Una vez lista, la masa es empujada por un tornillo sin fin hacia una trefiladora que da forma al tipo de pasta deseado. Cambiando la trefiladora, se pueden obtener diferentes formas: espaguetis, fusilli, penne, macarrones, caserecce y muchas otras. Su uso es bastante intuitivo: se instala la trefiladora correcta, se añaden los ingredientes en la cubeta, se inicia el ciclo de mezcla y la máquina extruye el producto. Algunos modelos cortan la pasta automáticamente mediante cuchillas electrónicas de velocidad variable, mientras que otros requieren corte manual. Una vez producida, la pasta corta se recoge en cajas o bandejas, mientras que la pasta larga se coloca en nidos sobre bastidores o rejillas para evitar que se pegue.
Tipos principales y diferencias
Primero, es importante distinguir entre prensas/extrusoras manuales y eléctricas.
Las prensas manuales (también llamadas "Torchi") utilizan la fuerza de los brazos del operador para empujar la masa a través de la trefiladora; cada giro de la palanca aplica una presión lenta y constante a la masa, lo que permite obtener las formas más típicas, como bigoli, passatelli o macarrones. Al ser máquinas manuales, su uso se limita a producciones muy pequeñas, como las domésticas.
A diferencia de los modelos manuales, las eléctricas utilizan un motor para accionar el sinfín y el eje de mezcla. El ritmo es uniforme, lo que garantiza una consistencia y un grosor de pasta uniformes. Las prensas de pasta eléctricas se pueden clasificar en las siguientes categorías generales:
Prensas domésticas: pequeñas y compactas, pero limitadas
Las prensas domésticas están diseñadas para la producción a pequeña escala en casa o en cocinas donde la pasta fresca es un capricho ocasional, no una producción continua. Son perfectas para cocinas domésticas, negocios de agroturismo o pequeños establecimientos de restauración.
Son compactas, ligeras, fáciles de manejar y limpiar. Permiten producir pasta corta como macarrones o fusilli, espaguetis, tagliolini y láminas de lasaña. Las trefiladoras pueden ser de latón con insertos de bronce o teflón. Solo funcionan bien durante sesiones cortas, ya que el motor no está diseñado para un uso prolongado.
Prensas de pasta profesionales: el mundo de la restauración y la charcutería
Cuando la producción aumenta y se convierte en algo cotidiano, se opta por las prensas de pasta profesionales, típicas de restaurantes, charcuterías o pequeños talleres artesanales. Disponen de una cubeta de masa más grande, generalmente de acero inoxidable, y pueden procesar fácilmente volúmenes de masa significativamente mayores que las prensas domésticas. Estas máquinas ya no se limitan a las formas tradicionales de pasta: con accesorios opcionales, también pueden producir raviolis y/o ñoquis.
El motor es más robusto y la extrusión es más estable y continua. Están empezando a aparecer sistemas de refrigeración del cabezal de extrusión que mantienen una temperatura baja para evitar alterar el color y la estructura de la pasta.
Suelen ser más caras, pesadas y requieren más espacio que las versiones domésticas. Para facilitar su transporte, pueden colocarse en carros especiales dentro de la cocina/taller.
Prensas industriales: al nivel de las auténticas fábricas de pasta
En el extremo superior se encuentran las prensas industriales, utilizadas en auténticas fábricas de pasta. Estas prensas suelen estar conectadas a cintas transportadoras, sistemas de presecado, pasteurizadores, tolvas automáticas de carga de harina y paneles de control informatizados. La máquina no se detiene nunca y puede producir cualquier tipo de pasta. Para su funcionamiento, requieren una fuente de alimentación trifásica, espacio adecuado, sistemas de seguridad, mantenimiento programado y personal cualificado.
Componentes de una máquina para hacer pasta
Una máquina para pasta, ya sea una pequeña prensa de sobremesa o una extrusora industrial, es un conjunto de elementos mecánicos que trabajan en armonía para transformar ingredientes sencillos en un producto final suave, elástico y con una forma perfecta. Cada componente tiene una función específica y contribuye significativamente a la calidad de la pasta resultante.
El corazón de toda la máquina es el motor, que genera el movimiento necesario para accionar tanto el brazo amasador como el sinfín de extrusión. En los modelos más pequeños, este suele ser un motor eléctrico monofásico, mientras que en las máquinas profesionales e industriales, es un motor trifásico más potente, a menudo controlado por un inversor que regula la velocidad.
A continuación, se encuentra la cubeta amasadora, un recipiente generalmente de acero inoxidable que alberga los ingredientes durante la fase inicial de procesamiento. En su interior, se mueve el eje de amasado, un brazo de acero que gira lentamente, mezclando la harina y los ingredientes líquidos hasta formar una masa compacta y seca.
En las máquinas de una sola cubeta, primero se debe amasar la masa; una vez finalizada esta fase, puede comenzar la fase de extrusión. Sin embargo, también existen modelos de doble cubeta que pueden mezclar los ingredientes en la cubeta superior y extrudir simultáneamente desde la cubeta inferior; este tipo de procesamiento se denomina "ciclo continuo".
Desde la cubeta, la masa pasa al cilindro de extrusión, donde el sinfín, un tornillo sin fin, empuja gradualmente la masa hacia la trefiladora, comprimiéndola y homogeneizándola. El material siempre es metal, a menudo acero inoxidable o bronce, para resistir el desgaste y la alta presión. Durante esta fase, la masa sufre una acción combinada de presión y fricción que determina su compacidad y densidad final.
Al final del cilindro de extrusión se encuentra el cabezal de la máquina, que alberga la trefiladora, la matriz que da forma a la pasta. La trefiladora es un disco perforado en el que se empuja con fuerza la masa, que emerge con la sección transversal deseada: redonda para espaguetis, rectangular para tagliatelle, hueca para penne y rigatoni. Las trefiladora son de latón con insertos de bronce o teflón. Las trefiladora con insertos de bronce producen una pasta más rugosa y porosa, ideal para contener salsas, mientras que las trefiladora con insertos de teflón producen una pasta más suave y brillante, más adecuada para ciertas formas o para producciones donde la regularidad estética es importante. Algunos cabezales de extrusión están equipados con un sistema de refrigeración por agua o aire, esencial para mantener una temperatura constante y evitar que la masa se sobrecaliente durante el procesamiento continuo.
Una vez que la pasta sale de la trefiladora, se corta a la longitud deseada. Esta operación puede realizarse manualmente con una rasqueta o un cuchillo de cocina, o con la ayuda de un cortador electrónico de velocidad variable. Esto permite obtener diferentes formas con el mismo tipo de trefiladora (por ejemplo, el pacchero se puede transformar en calamarata) simplemente ajustando la velocidad de corte.
Otro componente esencial, a menudo invisible pero crucial, es el sistema de refrigeración. Durante la extrusión, la fricción entre el sinfín y la masa genera calor, y las temperaturas excesivas podrían alterar el color y la consistencia de la pasta, comprometiendo la calidad del producto.
Por lo tanto, las máquinas profesionales e industriales incluyen circuitos de refrigeración que mantienen constante la temperatura del cabezal y el eje, lo que permite una extrusión suave y una pasta uniforme.
Cada componente de una máquina para pasta trabaja en sinergia con los demás: el motor genera la fuerza, el eje amasa, el sinfín comprime, la trefiladora da forma a la pasta, la cuchilla termina y el sistema de refrigeración mantiene todo bajo control. El resultado final depende del equilibrio de estos elementos, la precisión con la que están diseñados y el cuidado con el que se mantienen. Es en esta combinación de mecánica y artesanía donde reside la magia de las auténticas prensas para pasta, capaces de transformar unos simples ingredientes en un producto que encarna a la vez tradición, técnica y arte.
Ventilación y refrigeración por agua: sos componentes fundamentales
Uno de los aspectos más importantes para garantizar una calidad constante de la pasta es el control de la temperatura durante la extrusión. Las máquinas de gama básica o semiprofesionales suelen utilizar ventilación externa, que consiste en ventiladores colocados cerca o debajo del cabezal de extrusión. Este sistema ayuda a disipar el calor generado por la fricción de la masa en el sinfín, evitando que se sobrecaliente y pierda elasticidad o cambie de color. Es una solución sencilla y económica, suficiente para producciones cortas o intermitentes, pero no siempre permite mantener una temperatura estable si la máquina funciona durante muchas horas seguidas.
La refrigeración por agua, presente en muchas prensas profesionales y una característica indispensable en las máquinas industriales, es un asunto diferente.
Básicamente, unas pequeñas tuberías circulan alrededor del cilindro de extrusión, transportando agua desde un grifo. El agua circula por las pequeñas tuberías, manteniendo una temperatura constante del metal y evitando así que la masa se sobrecaliente, se deshidrate o altere la estructura del gluten. Además de preservar las características organolépticas, este sistema permite largas producciones sin pérdida de calidad. Sin embargo, requiere una conexión de agua o, posiblemente, tanques en caso de refrigeración externa por agua.
Consideraciones sobre el uso de una prensa / extrusor frente a una laminadora
Si bien la prensa representa una solución moderna y versátil, su uso presenta algunas desventajas en comparación con una laminadora tradicional, especialmente en lo que respecta a la calidad de la masa y el aspecto artesanal del producto.
La prensa procesa la masa mediante un tornillo que la empuja con fuerza a través de la trefiladora: este proceso, si bien eficiente, somete la masa a una acción mecánica más intensa que puede calentarla, comprometiendo parcialmente la elasticidad del gluten y la porosidad natural de la pasta.
La estética también influye. La pasta obtenida de la prensa es muy uniforme, con una geometría perfecta y un grosor regular. Esto supone una ventaja en entornos industriales o de restauración que buscan estándares repetibles, pero puede ser una limitación para quienes buscan una pasta tradicional e irregular. La pasta elaborada con una laminadora, incluso con precisión, conserva ligeras variaciones de grosor, pequeñas burbujas de aire y microirregularidades que, durante la cocción, absorben mejor los condimentos y aportan un sabor casero difícil de replicar con la extrusión.
También podemos mencionar la cuestión de la filosofía culinaria. Usar una laminadora es más lento, requiere tiempo, atención y habilidad manual, pero permite una conexión directa con la masa y transmite la identidad del producto. La prensa, en cambio, busca la eficiencia, la velocidad y la consistencia en la producción, reduciendo la intervención humana en favor de un sistema más técnico y programable. Para algunos, esto supone un avance indispensable; para otros, una pérdida de autenticidad.
Finalmente, desde un punto de vista práctico, una prensa requiere más tiempo de limpieza y mantenimiento que una laminadora, ya que el sinfín, el eje de mezcla y, posiblemente, el bol y las matrices deben desmontarse y limpiarse cuidadosamente, ya que los residuos de masa pueden secarse y comprometer la higiene o la calidad de las producciones posteriores.

Italiano
English
Français
AUD
BRL
CAD
CHF
CNY
GBP
INR
JPY
KRW
RUB
THB
USD 






































